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lunes, 18 de enero de 2010

RESPALDO 1

Durante el período feudal, gracias a las Cruzadas (siglos XI–XIII):


Se consigue la reapertura del Mediterráneo y se entra de nuevo en contacto con las tierras del Cercano Oriente.


 La otra gran ruta marítima es la que une el mar del Norte con el Báltico y a través de ella Europa entrará en contacto con los pueblos eslavos.


AUMENTO DE LA POBLACIÓN

Entre los años 1150 y 1300 Europa vivió un extraordinario desarrollo demográfico. Se produjo, un incremento sustancial de producción agrícola, debido en parte a los progresos técnicos en los sistemas agrícolas (arado de vertedera o normando, mejores talajes, aparición del molino...) y a la ampliación de las tierras de labor.





Por otra parte, estos adelantos técnicos suplieron abundante mano de obra; un molino, por ejemplo, podía hacer el trabajo de bastantes siervos. En los feudos señoriales se produjo, entonces, un excedente de mano de obra y, a la vez, un excedente de productos agrícolas. Ambos –siervos y productos– empezaron a confluir hacia la ciudad.

En el aumento de la población también debió influir la relativa paz que reinó en Europa con la decadencia de los musulmanes y el asentamiento de los normandos.

MUSULMANES

NORMANDOS

RENACIMIENTO DE LAS CIUDADES

Las viejas ciudades romanas, semiabandonadas, renacieron, y se crearon otras nuevas. Se construyeron viviendas y barrios enteros fuera de las murallas antiguas: eran los burgos y de aquí vendría el nombre de burgueses de sus habitantes.


Así, mientras el campo producía alimentos y materias primas, la ciudad concentraba la producción artesanal. Entre campo y ciudad se restablecieron relaciones comerciales. Era la división y especialización del trabajo. Al señor feudal le resultaba más económico comprar telas, herramientas o armas en la ciudad que fabricárselas él mismo. Además, en la ciudad encontraría el mercado apropiado para el trigo, la carne o la lana que no utilizaba en su feudo. De esta manera, la ciudad se convirtió en el centro comercial de una región.

LA SOCIEDAD FEUDAL: 
NOBLES, CAMPESINOS Y BURGUESES

Entre los siglos XI y XIV, Europa mantuvo la estructura feudal de la sociedad. La nobleza y la alta jerarquía de la Iglesia continuaron siendo la clase privilegiada.


Aunque poco a poco fueron perdiendo su poder político, conservaron su poder económico y el control de la mayoría de las tierras.

Mientras, la inmensa mayoría de la población (80%), estaba formada por campesinos, sometidos de una u otra forma al poder de la nobleza. Tenían una economía de subsistencia y solo ocasionalmente realizaban intercambios o acudían a las ferias y mercados.
FERIA

MERCADO

En esa época, en las ciudades surgió una nueva clase social, la burguesía.


Aunque quedó incluida entre los no privilegiados, los burgueses se consideraron hombres libres, independientes del señor feudal.

Entre ellos se distinguieron dos grupos:

1.- La Alta Burguesía:
Formada por banqueros y comerciantes ricos.


2.- La Pequeña Burguesía:
Integrada preferentemente por artesanos.


Estos últimos, agrupados por oficios, formaron los gremios que procuraban defender a sus asociados y evitar la competencia. La masa de asalariados y pobres vagabundos formaba el pueblo.

EL GOBIERNO DE LAS CIUDADES

Para mantener su independencia económica respecto del señor feudal, cada ciudad procuró estructurar un gobierno municipal con representación de comerciantes y/o artesanos. Pero muy pronto los cargos más importantes fueron acaparados por miembros de la alta burguesía, que formaba una oligarquía vinculada a unas pocas familias.


El ayuntamiento o municipio tomaba sus propias decisiones de gobierno, mantenía unas milicias en tiempos de guerra, recaudaba y distribuía los impuestos y mandaba representantes a las Cortes o al Parlamento. La sede se hallaba en el centro de la ciudad.

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