Desde comienzos del siglo XV, varios reinos europeos estaban preparados para iniciar la expansión ultramarina, pero fueron los ubicados en la península ibérica los que estuvieron en mejores condiciones para lograrla.
Su privilegiada ubicación geográfica tuvo un peso significativo a la hora de tomar la decisión de buscar nuevos caminos marítimos para comerciar. Los reinos ibéricos, situados en la zona donde el mar Mediterráneo se encuentra con el Atlántico.
También, tienen un amplio litoral costero sobre este océano. Los vientos alisios, que soplan desde Europa hacia América y viceversa, son propicios para la navegación hacia el oeste. Además, esta zona constituía un paso obligado entre las rutas comerciales que unían Italia y Francia con las de los países del norte de Europa. Por este motivo, los marinos de la península habían adquirido vastos conocimientos tanto en la navegación de las aguas tranquilas del mar Mediterráneo como en las tormentosas y profundas del mar del Norte y del mar Báltico.
Rutas Comerciales Europeas
En el siglo XIV, Portugal había logrado la unidad de su territorio bajo un reino cristiano, y a fines de ese siglo una dinastía portuguesa se convirtió en la cabeza de una monarquía muy estable.
Alfonso I De Portugal
En cuanto a España, dio un paso importante hacia la unificación territorial a mediados del siglo XV, cuando después de numerosos conflictos políticos se produjo el matrimonio de los herederos de los reinos de Castilla-León, Isabel, y de Aragón, Fernando.
Reyes Católicos
En 1492, los Reyes Católicos, como se los conoció, expulsaron a los musulmanes de Granada, el último territorio que les quedaba en la península ibérica.
Rendición De Granada
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