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lunes, 26 de abril de 2010

Las Guerras De Religión

A lo largo del siglo XVI y a medida que se difundió el protestantismo, las guerras de religión fueron frecuentes. En lugares como Ginebra y Francia, los protestantes lucharon contra las fuerzas del papa, el emperador y sus aliados, no solo para lograr su independencia religiosa sino también para apoderarse de reinos y principados. En Inglaterra, las disputas entre católicos, anglicanos y protestantes causó sangrientos enfrentamientos entre la población.


En Francia, una corriente calvinista denominada los hugonotes fue adquiriendo cada vez más adeptos. En 1562, la tensión acumulada entre los dos grupos religiosos estalló en una violenta guerra. Fue tan violento el enfrentamiento que en la conocida noche de San Bartolomé, en agosto de 1572, fueron asesinados entre dos mil y tres mil hugonotes. 

Matanza De San Bartolomé

En 1598, el rey Enrique IV promulgó el Edicto de Nantes, que estableció una relativa tolerancia religiosa.


Edicto de Nantes


En los Países Bajos se presentaron múltiples enfrentamientos, ya que la mayoría de sus ciudades adoptaron las doctrinas de Calvino, aunque pertenecían a los dominios de la España católica. Con el ascenso de Felipe II al trono español, se decidió el envío de tropas para aplacar a los protestantes y reprimir algunos ataques a iglesias católicas en la región de Flandes.  

Felipe II De España

Tras varios años de luchas se pactó una tregua en 1609, que dio la libertad a Holanda. 

Los reinos de Alemania vivieron enfrentamientos religiosos por más de una década, y pese a que en 1555, con la Paz de Augsburgo se reconoció la libertad religiosa a los príncipes luteranos, nuevas tensiones religiosas y las luchas por el poder y la sucesión dinástica en varios territorios del Sacro Imperio Romano Germánico desataron en 1618 la guerra de los Treinta Años. 


En esta guerra participaron todas las potencias europeas. El conflicto concluyó con la Paz de Westfalia en 1648.



Paz de Westfalia, 1648



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